Estrategias para optimizar el coste del transporte marítimo internacional

El transporte marítimo internacional es una actividad compleja donde el precio de cada envío depende de diversos factores. Para gestionar de manera eficiente las importaciones y exportaciones, es esencial comprender cómo se estructuran los costes en este tipo de transporte y cómo pueden fluctuar según ciertos elementos.

Los principales extracostes en el transporte marítimo

Hay varios factores adicionales que pueden elevar el precio final de un transporte internacional, lo que incluye conceptos como el FOB, el flete, los suplementos o el coste de los contenedores especiales. Para negociar tarifas de manera efectiva, es crucial conocer cada uno de estos detalles. Entre los factores más influyentes, se encuentran:

• Fluctuaciones del precio del petróleo: El coste del BAF (Bunker Adjustment Factor) varía dependiendo de la cotización del crudo.
• Diferencias en la moneda: Los cambios en la relación €/$ pueden alterar el precio final.
• Tipo de equipo necesario: Si se requiere un contenedor especial, como un open top, hay un sobrecoste importante, además de que puede ser necesario reservarlo con anticipación debido a su escasa disponibilidad.
• Exceso de peso: En países como EE.UU., el peso máximo de un contenedor es de 19.9 toneladas, lo que puede generar cargos adicionales si se supera este límite.
• Paralizaciones: Las demoras en carga, descarga o en aduanas pueden generar costes adicionales significativos, principalmente si los contenedores son retenidos durante horas extras.

Cómo minimizar los extracostes

Para evitar sorpresas en el precio del transporte marítimo, muchos expertos recomiendan implementar medidas de planificación:

1. Flexibilidad en las entregas: Evitar fijar horas exactas para la entrega y el transporte terrestre al puerto, siempre que no haya una urgencia.
2. Uso de equipos estándar: No solicitar equipos especiales si la carga puede ser manejada con contenedores comunes.
3. Optimización de tiempos de carga y descarga: Evitar que los camiones permanezcan inactivos cuando no es necesario.
4. Preparación aduanera: Asegurarse de que la documentación esté lista y que se conozcan los procedimientos aduaneros, especialmente en países con protocolos estrictos.
5. Aprovechar ofertas de la transportista: Estar atentos a posibles descuentos, grupajes o retornos que puedan reducir costes.

¿Cómo asegurar la competitividad de los precios de transporte?

La competitividad de los precios de transporte internacional se asegura únicamente a través de una comparación exhaustiva. Un exportador debe revisar la oferta de diversas empresas. Esta práctica garantiza una visión clara de los costes y permite detectar oportunidades para mejorar las tarifas.

Sin embargo, no siempre es crucial obtener un flete más barato. La tarifa de transporte marítimo depende de varias variables, como el tiempo de tránsito, la disponibilidad de contenedores, las condiciones de los barcos, e incluso la moneda en que se cotiza. Por este motivo, a veces es más conveniente negociar mejoras en otras condiciones, como los días libres en destino o los plazos de entrega.

Los cambios más significativos en el transporte marítimo 

En las últimas décadas, el sector del transporte marítimo internacional ha experimentado cambios fundamentales. El uso generalizado de contenedores en la segunda mitad del siglo XX fue una revolución que facilitó el comercio global. Posteriormente, el desarrollo de hubs logísticos y avances tecnológicos en la digitalización de procesos aduaneros han permitido optimizar el transporte y reducir los tiempos de gestión. 

Gracias al desarrollo y avance en el transporte marítimo, hoy podemos pensar en movimientos estratégicos. Uno de los principales objetivos de las empresas es reducir costes y garantizar la competitividad internacional, para ello la planificación es clave. Conocer los diferentes extracostes, gestionar la negociación de tarifas y estar preparados para cualquier eventualidad son aspectos fundamentales para optimizar el proceso logístico. Al mismo tiempo, la relación con un buen freight forwarder es vital para asegurar la eficiencia y reducir riesgos.